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Hombres y mujeres tienen muchas similitudes, pero comparten
igual cantidad de diferencias. Y la metodología de ahorros no
escapa de ello.
En esta nota analizaremos algunas conductas regulares y buenos consejos sobre el ahorro para hombres y mujeres, con sus similitudes y diferencias.
A un nivel cultural e histórico, se presume que los hombres
eran quienes se encargaban de “llevar el pan a la mesa”. Aunque eso hoy ha
cambiado, el concepto se ha impregnado en las mentes de los hombres, demarcando
su mentalidad ahorrativa. Los hombres ahorran con previsión a corto
plazo.
El ahorro diario en la mente masculina se
describe, más que nada, por el “hazlo tú mismo”. Compran alimentos en
volúmenes, incluso carnes, para seccionarlas de mano propia. En lo que respecta
a los productos de limpieza, suelen comprar sólo lo indispensable ahora, para
“evitar la compra innecesaria” al corto plazo. En su mente el ahorro de cada
día es reemplazado por las acciones que rindan frutos, como las inversiones en
empresas y en la bolsa, y el análisis de los intereses por acciones bancarias.
El caso de las féminas es, en reglas generales, bastante
diferente al masculino. La mentalidad de ahorro de las mujeres se
basa en proyecciones a más largo plazo. Ejemplo: 2x1
Sin embargo, la mente femenina suele ser un tanto más
despreocupada de los asuntos futuros. Las inversiones y las acciones bancarias
resultan riesgosas y lentas, sin evidenciar un ahorro efectivo, por lo que no
suelen ser los recursos por parte de las féminas.
También la capacidad organizativa de las mujeres permite
este tipo de ahorro inmediato y al largo plazo y, de hecho,
tiene mucho que ver con ello. Las mujeres suelen tener en entre los gastos
necesarios y los superfluos con igual atención, facilitando compras anticipadas
de bienes y servicios, en ahorros evidentes de un modo obvio.
Pese a las tantas diferencias, hombres y mujeres
tenemos igual capacidad de fomentar nuestros ahorros al corto, medio y largo
plazo, si aplicamos algunas técnicas del sexo opuesto y nos educamos sobre
las herramientas de cuidado de las finanzas que no nos son propias aún.
Una vida frugal y económicamente balanceada es la que
entremezcla ambas características de ahorro de hombres y mujeres.
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